domingo, 10 de enero de 2010

La costa del Algarve. Alvor

Con una buena dosis de historia a consecuencia de nuestra visita en Niebla, continuamos por la autopista del Quinto Centenario cruzando el río Tinto y más tarde el Odiel para llegar a la frontera con Portugal cruzando el Puente internacional del Guadiana, desde el que se observa el estuario que forma la impresionante desembocadura en el golfo de Cádiz del río Guadiana. Cruzamos la frontera con Portugal y nos dirigimos sin demora a la ciudad de Alvor.
En 1249 los cristianos conquistan el Algarve tras cinco siglos de influencia islámica (siglo VIII al siglo XIII) proclamandose Alfonso III rey de Portugal y el Algarve. En 1267 el Tratado de Badajoz establecía la frontera entre Portugal y Castilla en el que se reconocía la integración del Reino del Algarve en ela Corona de Portugal. En 1910 con la proclamación de la república de Portugal el reino del Algarve dejó de existir.
Alvor, que se ubica junto a la ría del mismo nombre, es un popular destino de vacaciones de Portimao y se diferencia de la ciudad en que está poco desarrollado. En temporada de verano multiplica su población y goza de una alegre vida nocturna. De obligada mención es la gran amabilidad de la gente.


La iglesia Matriz de San Salvador, fue edificada en el siglo XVI y reconstruída en el siglo XVIII. La puerta lateral es de estilo manuelino como el destacable pórtico principal profusamente labrado. Anexa a la iglesia la sacristía es un antiguo morabito árabe. Las ruinas de un castillo y los morabitos de San pedro y San Juan, dedicados en la actualidad al culto cristiano son testimonios arquitectónicos de la civilización árabe. Alvor también cuenta con dos pequeñas iglesias: la de la Misericordia en el centro y en los Montes de Alvor la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción.

La ría de Alvor es un sistema lagunar costero que está considerada una de las zonas húmedas más importantes del Algarve. Las dos lagunas de arena que forman las playas de Alvor y Meia Praia la protegen del mar. Se conserva una gran belleza paisajística y ecológica en su interior por ser lugar de paso para diferentes especies de aves migratorias.
Paseamos un buen rato por los miradores que recorren gran parte de los acantilados y pudimos observar toda la línea costera, así como los contrastes entre las playas rocosas de frías aguas y altos acantilados con extensiones de arena fina como la conocida praia da Rocha.

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